6 de mayo de 2011

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lo largo de nuestra vida nos concentramos en buscar los momentos más significativos, los más importantes, los que más nos llegan, los que nos hacen sentir diferentes, especiales y deseamos con todas nuestras fuerzas fotografiarlos en nuestra memoria para poder recordarlos como si estuviésemos viendo una película o un álbum de fotos. Creemos que si no es así los momentos no valen, no son lo "suficientemente buenos", no son importantes. Nos equivocamos. Bien cierto es que los momentos más importantes, los más emocionantes son con los que nos quedamos sin respiración pero también es verdad que la vida se basa en diversos hechos y ninguno de ellos carece de importancia. Lo que debemos hacer es aprovechar cada momento como si fuera el último y reflejar en nuestro interior tanto lo bueno como lo malo para poder aprender y ser mejores.